jueves, 24 de septiembre de 2015

Ellos


No tengo tiempo de nada. A nada que no sea besar, acariciar y abrazar; besar, acariciar y abrazar; besar, acariciar y abrazar. No me busquéis en ningún pensamiento distinto, en ningún movimiento distinto, en un lugar distinto que no sea en éste.
No tengo tiempo de nada. A nada que no sea agradecer y agredecer y agredecer una y otra vez a la vida por tenerlos prestados, por tenerlos a mi lado antes de que ellos decidan de que lado quieren estar.
No tengo tiempo de nada. A nada que no sea sentirme viva, completa  y única solo en una de sus miradas, en uno de sus gestos y en una de sus palabras o silencios compartidos.
No tengo tiempo de nada. Fluyo con ellos y si me estanco en alguna nube gris, la dejo partir sin dilación  y sin lucha. "Aquí no te quedes, no tengo tiempo para tí". Nube gris de pensamientos o de actos que pueda nublar mi vista y que no me deje poder verlos con claridad. ¡¡Quiero luz para poder contemplar cada milímitro de su piel y silencio interno y externo para poder escuchar cada uno de sus sonidos!!
No tengo tiempo de nada. De nada que no sea entregarme y entregarlos a la vida.