domingo, 3 de febrero de 2013

Adelante

No compartas tu vida con alguien que no quiera estar consigo mismo, que no disfrute estando solo y que no se quiera a sí mismo por delante de todos los demás. No compartas tu vida con alguien que no acepte la soledad, que constantemente te busque, te utilice y te persiga. No te conviertas en un medio para satisfacerle, para rellenar sus vacíos y ahuyentar a sus silencios. Si te conviertes en una tirita para su soledad, o para tu soledad, o para vuestra soledad, solo soledad recibirás. El vacío será más vacío y el silencio más silencio. Te lo aseguro.
Comparte tu camino con quienes no tengan miedo a caminar; surca los cielos con quienes no tengan miedo a volar; busca la libertad junto a seres libres, la felicidad junto a seres felices y el amor junto a seres que se aman. Vive tu vida y administra tu tiempo, persigue tus objetivos, respira aire limpio, camina sin mochilas pesadas a la espalda, no tengas miedo a soltar lastres, muévete ligera sin equipaje pesado y anticuado. No persigas imposibles ni cambios donde solo hay pemanencia, no te aferres a lo fácil ni te conformes con rutinas. No te pongas limitaciones, no te inventes responsabilidades, no te conformes con poco.
Espera tranquila y sosegada, sin prisas, y mientras esperas puedes disfrutar de las vistas, de los sonidos, de las risas contagiosas y de ti misma. Ten claro lo que quieres y lo que no, ten claro que eres importante, que eres inteligente, que eres bella, que eres especial y que eres única. Una persona única que quiere a otra persona única, no te conformes con mitades ni medias tintas. Adelante.

sábado, 2 de febrero de 2013

La Torre

Todas las ventanas dan a la torre, a la torre más alta e iluminada que haya visto antes. Y sé que desde arriba me miras, le miras y nos miras; y sé que desde arriba me cuidas, le cuidas y nos cuidas. Esa torre se convierte ahora en mi punto de referencia, en el lugar donde desde cada ventana de esta casa puedo llegar a sentirme más cerca de ti. Y compruebo que  sigues presente como siempre y en tu papel de siempre, observándonos sin molestar, sin interrumpir y sin juzgar; anticipándote a nuestro movimientos, dando respuesta a preguntas aún no formuladas y ofreciéndonos tu sabiduría y tu experiencia. Por eso esta noche volveré a despedirme de ti mirándote tras la ventana, y volveré a darte las gracias por ser parte de ti y por seguir siendo parte de mí. Privilegiada, toda una privilegiada por tenerte dentro, tan dentro, tan dentro mio.