Pérdida.

Hay pérdidas que se llevan parte de uno.

Con tu pérdida..., yo me quedé vacía.

Río e incluso sonrío

Aunque parezca mentira..., yo también sonrío, sí, sonrío y a veces incluso puedo reír a carcajadas. No,  no soy de risa fácil, pero sí de sonrisa generosa, la regalo a todo aquel que quiera mirarme más de un segundo a la cara.
Soy capaz de detenerme largos segundos con solo percatarme del canto de un pájaro. Cierro los ojos, escucho y me transporto, creo que incluso me elevo al lugar del que procede y ahí me quedo esos largos segundos, deseando que sean eternos. También es eterna su sonrisa y sus palabras, y eterno es estar reconstruyéndome a través de las palabras escritas cuando son las palabras escuchadas las que me han hecho derrumbarme.
Me gusta parar y ser consciente de que existo, solo cuando lo hago me doy cuenta de que estoy, de que soy y de que habito detrás de mis movimientos automáticos, mis pensamientos automáticos, mis conductas automáticas y mi vida automática. Me gusta reconocerme detrás y debajo de mí y son esos instantes en los que me hago consciente de que estoy y de que vivo.
Disfruto escuchando, viendo y conociendo, disfruto cerca de ti y aprendo a tu lado. Tú eres cada persona que se acerca y tú eres cada persona que se queda o se aleja. Nadie delante ni detrás, nadie encima o debajo, todos en el mismo nivel, todos con mucho que dar y que darme.
Miro al mar, al cielo, al árbol, al animal, a la estrella, al sol, a la luna y a tus ojos. Miro y olvido que hay compromisos, trabajos, deudas, objetivos, mentiras, olvidos y recuerdos que borrar.
Miro y sonrío e incluso en ocasiones..., río también.